miércoles, 24 de agosto de 2011

“Las sietes figuras para la palabra de Dios”



Para los Testigos de Jehova y otras personas amamos la palabra de Dios,


Sus letras y sus enseñanzas tienen vida, nos dan la oportunidad de conocer al Creador de los cielos y de la Tierra, a Jehova Dios y a su hijo Jesus, por ello es muy importante saber por qué la escritura de ella misma ha dado siete figuras diferentes para destacarla


Veamos:


La Biblia es una “Espada”: “Porque la palabra de Dios es viva, y ejerce poder, y es más aguda que toda espada de dos filos, y penetra hasta dividir entre alma y espíritu, y entre coyunturas y [su] tuétano, y puede discernir pensamientos e intenciones de[l] corazón”. (Hebreos 4:12)


La Palabra de Dios no es simplemente la colección de palabras suyas, un medio de comunicar ideas; es viviente, cambia la vida y es dinámica al obrar en nosotros. Con la agudeza del bisturí de un cirujano, revela lo que somos y lo que no somos. Penetra la médula de nuestra moral y vida espiritual. Discierne lo que está dentro de nosotros, tanto lo bueno como lo malo. No solo debemos oír la Palabra sino que también debemos permitir que moldee nuestra vida.
La Biblia es un “Martillo”: “¿No es mi palabra correspondientemente como un fuego —es la expresión de Jehová—, y como un martillo de fragua que desmenuza el peñasco?” (Jeremías 23:29) Este elemento el martillo es un elemento de construcción, era conocido por los herreros que hacían su trabajo, deberían ser precisos los golpes y firmes para moldear la roca, "Veamos qué hace el herrero: toma su cincel y, después de calentar el metal entre las brasas, le da forma a golpes de martillo. Lo trabaja con su fuerte brazo. Pero si el herrero no come, se le acaba la fuerza, y si no bebe agua, se cansa." (Isaías 44.12, VPEE) la palabra de Dios, hace ese trabajo,
La Biblia es un “fuego” : “¿No es mi palabra correspondientemente como un fuego —es la expresión de Jehová—, y como un martillo de fragua que desmenuza el peñasco?” (Jeremías 23:29) El «fuego» era el instrumento por el que una ofrenda se transformaba en humo, que subiendo al cielo simbolizaba que Dios aceptaba la ofrenda (Lv 9.24). Dios también podía consumir a las personas con el «fuego del juicio» (Nm 11.1; Sal 89.46). Una diversidad de objetos se quemaría como señal de total destrucción y juicio divino (Éx 32.20) la palabra de Dios hace que se le saque las impurezas por ejemplo el oro, por ello la palabra es eficaz para dar instrucción
La Biblia es un “espejo”: Porque si alguno es oidor de la palabra, y no hacedor, este es semejante al hombre que mira su rostro natural en un espejo.
(Santiago 1:23) en 1 Co 13.12 se representa el conocimiento espiritual de la biblia en forma metafórica como una imagen percibida oscuramente en un espejo metálico. El lector que no obedece es como la persona que, habiéndose considerado en un espejo, se olvida de la imagen reflejada después de alejarse de él. El que obedece es el que mira al espejo y retiene en su alma la imagen de lo que debería ser., la palabra de Dios nos va diciendo cual es nuestra imagen delante de Dios, cuales son los defectos y como poder corregirlos, ¿cómo esta nuestro “espejo”?
La Biblia es una “Lámpara”: “Tu palabra es una lámpara para mi pie, y una luz para mi vereda”. (Salmos 119:105) Es obvio que si caminamos en la noche en medio del bosque necesitaremos una luz que nos impida tropezar con las raíces de algún árbol o caer en algunos hoyos. En esta vida, andamos a través de un bosque oscuro de maldad. No obstante, la Biblia puede ser la luz que nos muestre el camino hacia adelante para así no tropezar al caminar. Nos revela las raíces enredadas de filosofías y falsos valores. Estudie la Biblia para que pueda ver su camino con la suficiente claridad y así permanecer en la senda correcta.


La Biblia es un “alimento”: “[y,] como criaturas recién nacidas, desarrollen el anhelo por la leche no adulterada que pertenece a la palabra, para que mediante ella crezcan a la salvación”, (1Pedro 2:2) Una característica común a todos los niños es que ellos quieren crecer, ser como sus hermanos mayores o sus padres. Cuando nacemos de nuevo, llegamos a ser niños espirituales. Si disfrutamos de salud anhelaremos crecer. Cuán triste es cuando alguien nunca crece. Desear la leche es un instinto natural de una criatura; y una señal de desear el alimento espiritual que nos llevará a crecer. Una vez que vemos nuestra necesidad de la Palabra de Dios y empezamos a hallar nutrición en Cristo, nuestro apetito espiritual aumentará y empezaremos a madurar. ¿Cuán intenso es su deseo por la Palabra de Dios?


La Biblia es como el “Agua”:


¿Cómo limpiará un joven su senda? “Manteniéndose alerta conforme a tu palabra”.


(salmos 119:9) Nos ahogamos en un mar de impureza. A cualquier parte donde miremos, descubriremos que la tentación conduce a la vida impura. El salmista hizo una pregunta que nos preocupa a todos: ¿Cómo podemos permanecer puros en un ambiente impuro? No podemos hacerlo por nuestra propia cuenta, sino que debemos tener consejos y fortaleza mucho más dinámicos que las influencias tentadoras que nos rodean. ¿Dónde encontramos esa medida de fortaleza y sabiduría? Al leer la Palabra de Dios y al practicar lo que ella dice.































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